El pasado viernes 27 de enero, el vuelo EK448 despegó en hora desde el aeropuerto internacional de Dubai, operado por el Airbus A380 A6-EVL, con destino al aeropuerto internacional de Auckland (Nueva Zelanda). Sin embargo, el super jumbo terminaría aterrizando tras 13 horas en el aeropuerto de Dubai.
La ruta entre Dubai y Auckland es una de las más largas del mundo, con poco más de 8.800 millas náuticas, el recorrido total es de 16 horas aproximadamente. Sin embargo, el vuelo que debió aterrizar el pasado sábado por la mañana en la ciudad más grande de Nueva Zelanda (que no es la capital), lo hizo de vuelta en el aeropuerto de Dubai debido a que, después de una intensa tromba de agua, el aeropuerto de Auckland se cerró tanto a vuelos nacionales como internacionales.
Parte de la plataforma estaba inundada, pero lo peor estaba en las terminales que acumulaban, en puntos concretos, hasta medio metro de agua, siendo imposible desarrollar su actividad normal. Este hecho se reportó cuando el avión llevaba 6 horas y media en el aire volando sobre el Océano Índico, por lo que la tripulación decidió dar media vuelta y volver a Dubai. La dirección del aeropuerto anunció que estaría cerrado hasta la mañana del sábado y, tras un trabajo intenso, han conseguido reabrir la terminal y el aeropuerto.Auckland Airport closes its international terminal building after torrential rain causes widespread flooding. https://t.co/ChOrDPhWiz pic.twitter.com/C6t0SqCE5A
— Breaking Aviation News & Videos (@aviationbrk) January 27, 2023
Not the longest flight in the world anymore, but this Dubai-Auckland flight probably feels like it today. With Auckland Airport closed due to flooding, Emirates decided to return to Dubai. Looking about a 13.5 hour flight from Dubai to Dubai. https://t.co/nMvFA5Wa9y pic.twitter.com/kZy29zzlbu
— Flightradar24 (@flightradar24) January 27, 2023
El EK448 del sábado despegó pasadas las 11:30 de la mañana, donde aterrizará en aproximadamente 5 horas (en el momento de escribir este artículo). Aunque claramente esto es un enorme inconveniente para los pasajeros,pues han pasado por un largo y cansado vuelo sin llegar a su destino, también es un problema importante para la aerolínea, que ha tenido que afrontar un gasto importante y una replanificación de la flota y de las aeronaves disponibles para realizar este vuelo. Emirates no fué la única aerolínea afectada. Decenas de vuelos se suspendieron desde el aeropuerto de Auckland y muchos fueron desviados a la capital, Wellington, y otros fueron desviados a Sydney y Christchurch.
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